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Monsters Of Rock: unos verdaderos ‘monstruos’ de la historia de la música dieron su gran show en Bogotá

Monsters Of Rock: unos verdaderos ‘monstruos’ de la historia de la música dieron su gran show en Bogotá

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Kiss, durante el Monsters of Rock en el estadio El Campín de Bogotá. (Juan Pablo Pino)

Desde Def Leppard y Mötley Crüe hace dos meses apenas, no se había visto una “super fusión’ igual de bandas en territorio colombiano. Y que dieran un concierto magistral y apabullante, mostrando que el rock llega a todas las generaciones y como dicen por ahí a manera de cliché, no morirá, porque sus exploraciones, únicas dentro del género, son legendarias.

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Con un clima generoso, comenzó Angra. La banda latinoamericana, brasileña, referente del power metal en todo el mundo, dio un espectacular show con canciones como ‘Newborn Me’, ‘Carry On’ y ‘Rebirth’. Y poco después dieron paso a sus congéneres alemanes, referentes del power metal: Helloween.

Con Michael Kiske y Andi Deris (el segundo, con una curiosa chaqueta inspirada en Tolkien), mostraron toda su poderosa energía con canciones como ‘I want out’, donde han mostrado su virtuosismo y poder durante más de cuatro décadas.

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Esto, luego para seguir con la maestría de Deep Purple, que son unas leyendas del rock en todo el sentido de la palabra. Porque han influenciado- y abarcado- lo que es el rock progresivo (ese de improvisaciones enormes, pero deleitosas), el metal más profundo (con su sonido apabullante) y hasta el blues. Ian Gillan y compañía lo dejaron todo mostrando sus clásicos y sus producciones novedosas en intermedios donde se dejó ver el virtuosismo de la banda.

Monstruoso, por ejemplo, el tecladista Don Airy, que dejó ver que en más de 50 años de carrera uno hace lo que quiere y se adapta a los nuevos tiempos: exploró desde el órgano tradicional que sonaba en la onda psicodélica de los años 60, hasta las corrientes electrónicas actuales.

Le dio para explorar sonidos distópicos hasta el piano más ligero. Esto terminó en una recreación de nuestro himno nacional, cosa que el público le celebró a más no poder. Y en intermedio de su apabullante solo, tomarse una copita de vino.

Asimismo, hablando de virtuosismo: Simon McBride se ha ganado con creces su lugar como guitarrista en la banda. Un talento desbordante, que encaja bien con el ánimo experimental de la banda. y con canciones como ‘Perfect Strangers’, pasando por el gran clásico ‘Smoke On the Water’, hasta ‘Hush’ ( la canción de ‘Once Upon a Time In Hollywood’, de Tarantino), cada uno de los miembros mostró las infinitas posibilidades de su sonido, la enorme influencia hacia sus antecesores y el inconmensurable virtuosismo de sus integrantes.

Esto también lo mostró Scorpions.

Dejando el alma a través de los clásicos

A Scorpions no le han pasado los años: antes, han mostrado que se perfeccionan en su arte, en cada uno de los componentes de su sonido. Klaus Meine puede estar contenido, pero no menos poderoso en su voz. Y ni qué decir de Matthias Jabs, que dio unas interpretaciones soberbias con su guitarra.

O qué decir, por ejemplo, de ese interminable, delirante, solo de percusión que brindó generosamente Mikkey Dee, mostrando que ese sonido tan contundente se apoya en cada uno de sus integrantes. Y cómo no: mostraron emotivos momentos con ‘Still Loving You’, hasta la universal ‘Wind of Change’, donde hicieron iluminar todo el estadio, pero esta vez se lo dedicaron a Ucrania y a su guerra con Rusia.

Todo, para terminar con su poder a través de ‘Rock You Like An Hurricane’, que a pesar de estar intacto por parte suya, tuvo unas fallas de sonido terribles de las que se quejó el público durante toda la tarde.  En Deep Purple no pareció notarse, pero en Scorpions, con uno de sus mejores shows en el territorio, sí.  Y a veces, no pareció menguar en Kiss.

Y hablando de Gene Simmons, Paul Stanley y compañía: la parafernalia como siempre como en 1976. Como si no hubiese pasado nada. El movimiento sensualista de Paul, la energía que transmite como vocalista, que inspiró a tantos sucesores en el glam y hair rock en adelante, contrastado con esa contundencia ‘demoníaca’ de Gene Simmons y sus trucos en el escenario. Kiss es único, Kiss es para siempre. Y con su última gira (que quizás no sabemos si sea la última, rogamos que no) mostraron todo lo que los hizo únicos y maravillosos desde hace más de cuarenta años.

Stanley se mostró emotivo, alabó la energía del público local y quisiera volver. Hasta trató de hablar español. Tommy Thayer impactó con sus solos de guitarra, Gene con su profundidad y contundencia, comenzando con un clásico con ‘Detroit Rock City’. Y el fuego y la sangre, no al estilo Targaryen sino al estilo Kiss, dominaron toda la parafernalia con un principal conductor como Gene Simmons.

Y claro, la banda fundadora de la parafernalia también simuló disparar a naves espaciales rememorando a The Spaceman (Ace Frehley, como miembro fundador), con Tommy Thayer con una guitarra impresionante, y Eric Singer a toda capacidad . Así, ‘War Machine’, ‘I Love It Loud’, entre otros clásicos, tuvo un show preciso, con momentos preparados en toda su espectacularidad. Y Gene Simmons, perfecto. Nada pasó en Brasil. Todo, para terminar con clásicos con ‘I was made for lovin you’ y ‘I want to rock and roll’

El rock and roll no morirá. Extranjeros, jóvenes, personas de toda procedencia se unieron para celebrar estos sonidos pioneros de las revoluciones culturales de este siglo. Y que aún resuenan en el corazón.

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